martes, 6 de agosto de 2013

La luz

Hoy estaba parado en la vereda de mi casa. O sea bien parado sobre la entrada de mi casa. O sea que cualquiera se daba cuenta de que esa era mí casa, de que no estaba ahí por casualidad. Intento dejar esto bien en claro por lo siguiente: llega un cartero, deja la bicicleta en la calle, me rodea para pasar sin empujarme, abre la reja, camina hasta la puerta y tira por debajo una boleta. Ni buenas tardes, ni hola, ni permiso, ni chau. Luego vuelve hacia la bicicleta. 
"¿¡Qué repastís!?", le pregunto antes de que se vaya. 
"La luz", responde medio gritando porque ya estaba lejos. "La luz", así, como ironizando. 
Raro, ¿no? Digo: que alguien que reparte luz sea tan apagado y sombrío.

L.P. 

2 comentarios:

Mamen dijo...

Supongo que su luz era igual que él, algo meramente destinado a lo impersonal.

Mamen dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.