jueves, 13 de diciembre de 2012

La Función





La mosca fue veloz. Un salto y vuelo espiralado hacia lo alto del cielo raso. Desde allí observó al perro que la había perseguido con la vista soñolienta. El perro no había sido lo suficientemente ágil. Percibió el andar de la mosca sobre su ojo izquierdo. La advirtió, aún dormido, y aún dormido la dentellada infructuosa se hizo eco en la atmósfera de la habitación. La función duró menos de un segundo, casi nada, casi nada de nada, pero el hombre había visto todo: la mosca, el perro, la mordida en el aire, la paz del insecto en el cielo raso, la nunca turbada armonía del perro que volvió a dormirse sin haber despertado nunca. El hombre se vio inútil en la incidencia; se vio allí, sentado, observando la escena repetirse en sus recuerdos efímera e infinitamente. Vio a los protagonistas que no lo vieron a él ni lo oyeron aplaudir, vio la desfachatez de lo acaecido que nada tuvo que ver con el único ser racional que habitaba el cuarto, con el hombre que se creía dueño del tiempo y el espacio y de todos los secretos. Comprendió que los hombres son invisibles, privados de tantas maravillas secretas, inútiles y pedantes ante Dios y lo escuetamente natural, insensibles o ciegos o lo mismo, y dedujo que aunque fuese rey y dueño absoluto del recinto, la escena no le pertenecería nunca. Sencillamente, él estaba de más en ese casi casi imperceptible universo. Y lloró. L.P.

viernes, 27 de julio de 2012

¿Quién dijo que hay que leer?

Por lo que sé o me hacen ver, hay insistentes campañas que incitan a la lectura, que aconsejan leer, que dicen que hay que leer porque leer alarga la vida, la esperanza, cumple los sueños, ejercita la imaginación, te libera no sé de qué, te lleva a no sé donde, etcéteras y etcétera y demás etcéteras. No sé por qué no dejan a la gente en paz, que cada uno haga lo que se le ocurra. Leer no es tan bueno. Te hace un insociable, te ven como un ermitaño, un “bicho raro”, que si lees sentado te pueden salir hemorroides y si lees de pié te pueden salir várices, que si lees acostado te puede dar sueño. No sé por que no dejan a la gente en paz, reitero, y que cada uno elija que hacer con su tiempo. Algunos, los pocos, los menos, gracias a Dios, leemos, y el 80% de la literatura de ficción que leeremos en nuestras vidas será basura. Un 10% será más o menos aceptable, y el 10% restante que seguro nos pareció genial, entrará holgadamente dentro del cajón de nuestra mesa de luz. ¿Por un 10% de genialidad tanto alboroto? Sí, yo leo. Es más: escribo para que alguien lea. Pero con el puñado que lee me conformo. No porque yo escriba voy a hacer campañas para que otros lean. El que quiera leer que lea, el que no que mire la televisión o salga a pasear el perro o mire por la ventana a ver quién pasa. Creo que hay cosas por hacer mucho más interesantes y divertidas que leer. No sabría cuáles, pero seguro que el que no lee las conoce. En cierta medida envidio al tipo que no le interesa leer. Quién sabe de las cosas que uno se pierde por estar leyendo, quien sabe si mi vida no hubiera sido diferente, si no pasó un tren que no vi. Prefiero no enterarme. Así que el que no quiere leer que no lea, no es para nada grave el no hacerlo. Es más, publicitaría eso: “¿No tiene otra cosa que hacer? ¿Está seguro? Entonces sí: lea”. L.P.

domingo, 15 de julio de 2012

Compré mi atado de Chesterfield con esta novedad. Bueno…novedad, lo que se dice novedad, digamos que no, considerando que muchas marcas de cigarrillos tienen estas fotografías. Pero nunca había visto imágenes en los atados de la marca que fumo, sí las famosas palabras “el fumar es perjudicial para la salud” y algún otro párrafo desalentador. Seguro que la imagen no me quitará las ganas de fumar (lamentable y tristemente) pero confieso que quité los 20 cigarrillos del paquete y los puse en el otro que acababa de vaciar, y luego tiré el paquete con la imagen al tacho de la basura. Entiendo que por estos tiempos existen fuertes campañas gubernamentales contra el cigarrillo, entiendo que a la medicina pública le cuesta mucho dinero cuidar a pelotudos fumadores como yo. Estamos de acuerdo y hasta la foto de la rata o la del pulmón con cáncer que había visto en otros paquetes eran para mí aceptable. Pero esta imagen es la de una persona, el rostro de una persona que no sé que otros pecados habrá cometido aparte de fumar, y ahora debe posar para una foto (denigrándose, enfermo, mal herido) que se repetirá por miles en los paquetes de su propia enfermedad. Diciéndolo en criollo: creo que se fueron al carajo. O como dice la bonita expresión española: se les fue la olla. L.P.

jueves, 3 de mayo de 2012

Hace unos días veía un programa donde un grupo de esquimales intentaba salvar a dos ballenas adultas y a un ballenato que habían quedado atrapadas en el hielo. Las ballenas salían, de a una por vez, a respirar por un pequeño hoyo. El mar estaba allá lejos, demasiado para que las ballenas pudieran alcanzarlo sin ahogarse. El grupo de esquimales trabajó durante semanas para salvarlas. Primero intentaron con una enorme máquina flotante que entraba por el mar con unas potentes ruedas de hierro que romperían la capa de hielo. Se atascó y no funcionó. Luego trajeron moto sierras y comenzaron a hacer hoyos enormes separados por algunos metros. La idea era que las ballenas pudieran llegar al mar siguiendo y respirando por esos agujeros. Imposible. Supieron luego que un rompe-hielo ruso andaba por la zona, y le pidieron que entrara cortando la trampa y así salvaron a las dos ballenas adultas. El ballenato se había ahogado. La operación de rescate de estas dos ballenas tuvo un costo de alrededor de un millón de dólares. Fin del programa. Empieza otro que trata sobre un grupo de ecologistas que van en un pequeño barco siguiendo a un buque ballenero japonés. A pesar de los esfuerzos, el buque ballenero mata 4 ballenas en cuestión de un par de horas, enormes, azules, igualmente hermosas. Las arponearon y las arrastraron por una enorme planchada hacia el interior del buque; las descuartizaron y tiraron los restos al mar, que pasaron flotando como enormes algodones sanguinolentos por los costados del barco que intentó salvarlas. En cuestión de dos horas lo uno y lo otro: ¿Será que yo estoy loco e imaginé ambos programas? ¿Puede ser cierto que un mismo canal pueda emitir dos programas seguidos de contenidos tan contradictorios? ¿Será que todas las personas que trabajaron en el rescate de las ballenas son unos idiotas que gastaron semejante cantidad de dinero para poder entregarle la carga a los japoneses? ¿Cómo imaginar que 50 esquimales trabajan un mes para liberar a dos ballenas y 3 minutos más tarde 15 japoneses matan cuatro sin ningún remordimiento? ¿Será que los japoneses no vieron el programa? ¿O será que estamos todos locos, acabados en tiempo y forma, muertos y matando, buenos y malos, enfermos mentales, arruinados ética y moralmente, trastornados, contradictorios y con antojo de aceite de ballena y de esfuerzo esquimal? L.P.