viernes, 21 de mayo de 2010

Entrevista a Alberto Laiseca III




CLOACA: En sus textos hay asuntos que se repiten. Uno de ellos es el manejo del poder. Parece, cuando uno lee su obra, que el peor ejercicio de poder es el ejercicio arbitrario, enfermizo: el poder hacer con el otro lo que sea.

LAISECA: Sí, es así. No me gusta ese poder. Me gusta la gente que se humaniza. Los Sorias, esa novela de mil cuatrocientas cincuenta páginas, trata, entre muchas otras cosas, sobre la humanización del dictador. El monitor comienza siendo tan malo como los otros jefes de estado: torturador, verdugo, omnipotente, despreciativo de los demás, de las opiniones ajenas, y termina siendo completamente humano sus últimos días. La humanización campea a lo largo de toda mi obra, no sólo en Los Sorias.

CLOACA: En alguna ocasión usted ha dicho ser un dictador frustrado: ¿Por qué?

LAISECA: Eso viene de Camilo Aldao, mi pueblo natal. Mi padre era un dictador conmigo. No era frustrado, era un dictador en serio, era Stalin. Entonces hay una amargura de estar siempre bajo la pata, de ser el último orejón del tarro, usted nunca tiene razón, usted está perfectamente equivocado. Eso te produce una suerte de complejo de inferioridad que rapidito se transforma en un complejo de superioridad. Ahora querés ser vos el dictador. El otro día estuve pensando lo siguiente: si se me presentara un hada mala, y me dijera: Ah che, vos querés ser dictador. ¡Te lo doy! Te nombro, por ejemplo, dictador de la Argentina. ¡Eh, hija de puta!, le diría yo, me nombras dictador porque sabés que me van a derrocar a los dos días, un golpe de estado, me asesinan. No, no, me dice el hada. Estás muy equivocado, yo no soy tramposa, yo cumplo, y agrega: no no no no, si alguien se quiere revelar tus fuerzas van a ser lo bastante poderosas como para hacerlos cagar en un minuto, los atentados contra vos no van a dar resultados, no no no no, estás equivocadísimo.
Claro, después descubro cuál es la trampa. Hay trampa. Una sola madre soltera que haya en la provincia de Santa Fe, un solo chiquito desnutrido que haya en Jujuy, yo no puedo dormir, me vuelvo loco de responsabilidad, ¿entendés? Todo está en mis manos. El resultado (y esto el hada maléfica sabía que me iba a pasar): me muero a los seis meses, o antes, pero me muero. Así que mejor que no me concedan eso. Es preferible seguir siendo un dictador frustrado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En aquella ocasiòn, el abuelo Laiseca hizo varias confesiones (como èsa que surgiò de un comentario de Aira en el que renegaba de que la literatura actual en la Argentina se reduce a tres temas: El reventòn, "mi novia me dejò" y "me saliò un grano en la cara"; y el abuelito dijo que en verdad era frustrante que la novia te dejara, que èl habìa sufrido una experiencia de ese tipo y que ganas no le faltaban para escribir sobre ello :P), y una de dichas confesiones fue que èl entrò en el mundo de la literatura por culpa de (o "gracias a..") su padre, que lo trataba con la punta del pie, y que la lectura era su ùnica puerta de escape. Ante tales confesiones, y viniendo d personalidades como la del Señor Laiseca, uno no atina bien què decir. Claro que te quedas con la sensaciòn de que fue algo "positivo" en su vida, despuès de todo; pero siempre escuchar de alguien tan impresionante como Laiseca una confesiòn asì, te deja sin habla. Ahora, con la ùltima de las respuestas, no puedo menos que sentir un nudo en la garganta por la aceptaciòn tan abierta que hace de reconocerse como un ser increìblemente sensible, cosa que hoy en dìa no es muy comùn, en un mundo cada vez màs deshumanizado e irresponsable. Nuevamente, me siento como una piba a la que su abuelo le ha dado una lecciòn de vida.

Està resultando interesante la encuesta, aunque digas que las respuestas no varìan de aquellas que està acostumbrado a dar :)

Saludos, Ger...

Lucas Passerini dijo...

Gracias por comentar, Celadora. César Aira no pudo haber dicho eso. ¿Él renegaba? ¡Pero si él escribe hasta tres libros por año sobre esos tres temas! No puede ser tan falluto. César Aira...

Siempre son bienvenidos tus condimentos. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ahora recuerdo que, luego de renegar por esa circunstancia referente a la actual literatura argentina, dijo que lo que màs le enfadaba era que precisamente esos pibes (los que escriben sòlo acerca de esos temas) lo tuvieran a èl como un Dios de la escritura en su paìs jajaja... O.o

Sobre sus 70 libros... cuando vi algunos de los ejemplares, me dije: "al menos sus libros son de pocas pàginas" :P

Gracias por el abrazo, es recìproco ;) Besitos.

Atilio dijo...

Tengo la leve impresión de que me borraste de tu lista de contactos en el messenger -razones no hacen falta- pero igual, quise dejar constancia de mi paso por este recinto, al que vengo de cuando en cuando. Este artículo en particular me causa mucha nostalgia... virtuales y gloriosos días aquellos, en los que todo parecía posible -hasta una revista digital editada a distancia- pero al final no fue. Saludos!