Siete y media de la mañana miré en Discovery Kids unos dibujos animados que son una familia de cerdos. Los dibujos son muy básicos, planos, sin perfiles, de esos en los que los ojos están del mismo lado de la cabeza. El tema de hoy trataba sobre el cumpleaños de la madre cerda, y el marido cerdo y los hijos cerditos preparaban la fiesta. No sé por qué motivo comencé a preguntarme cuántos años cumpliría la cerda. Esa duda, pienso, tiene que ver con esta manía de escribir que tenemos algunos, donde tratamos de destejer tramas, descubrir los trucos de otros escritores, de develar secretos. El problema pasó a ser mi problema, porque ni por las tapas podía hacerme una idea de qué edad le hubiera puesto yo a la cerda si hubiera tenido que escribir ese guión. 27, 23, 32 años. La cerda ya tenía dos cerditos, a lo mejor debería tener más de 25 pero menos de 35, algo así. Me relajé y esperé a ver cómo había resuelto el problema el escritor . Cuando llegó el momento de poner las velas sobre la torta, creí que era cuestión de segundos los que debía esperar para despejar mi intriga. El cerdo padre pone tres velas y exclama ¡Oh, no! ¡Se acabaron las velitas! Entonces la cerdita menor le pregunta cuántos años cumple su madre. Yo pensé que ya estaba, no podían seguir con el misterio. Entonces el cerdo se arrima a la oreja de la cerdita y se lo dice en secreto. La cerdita exclama ¡Esos son muchos años! ¡Qué hijo de puta!, grité, porque me di cuenta de que este guionista tampoco había podido resolver qué edad debería tener la cerda. Valentino me miró sorprendido. Le dije, para no dejarlo así, en ascuas: "Hijo, lo escritores son todos unos hijos de puta".
L.P.